Los primeros años de la post-guerra devolvió a la mujer al
hogar, a las tareas de la casa y a volver a pensar en sí misma. Luego de años
de angustia, preocupaciones, mucho trabajo y penurias, la mujer pudo vivir en
la tranquilidad de su hogar, darse pequeños gustos y ser coqueta. Corrían los
años 50, el mundo dejaba una etapa atrás y la moda también lo reflejó.
Desde entonces, la mujer volvio a preocuparse por su
belleza, por su estética y su vestir. Debía ser una excelente ama de casa,
esposa, mamá y mujer. Todo ello debía quedar reflejado en su cuidado y prolijo
aspecto. Es por esto que la moda de los años 50 se destaca por la vuelta del
esplendor. Atrás queda el estilo austero y simple de los años de guerra.
Vestidos ceñidos a la cintura, sujetadores armados, faldas
por debajo de la rodilla. La mujer quiere volver a ser sensual, quiere dejar en
manifiesto sus curvas, pero sin ser muy provocativa. Ante todo está el recato y
el buen gusto, así es la esposa ideal, angelical.
La mujer debía ir siempre correctamente maquillada, y
comenzaron a valorizarse mucho el uso de accesorios: guantes, tocados, los
bolsos eran el complemento indispensable de todo atuendo.