La moda en los años 90 no estuvo caracterizada por un estilo
específico, sino que más bien se definió como un impulso de las personas por
marcar su individualidad a través de la ropa. A esto se sumaría el aporte de
algunas tendencias musicales.
Lo que sí está claro, es que en estos años se relajó la
atmósfera ochentera, típica mente fastuosa y exuberante, para dar paso a la
simplicidad y a la comodidad. Es así que el prét-a-porter adquiere relevancia
para la mujer.
En líneas generales, se destacan como usuales los pantalones
de tiro bajo, los escotes prominentes y el jean que no pierde la presencia que
tenía en los ochenta, sino que por el contrario, llega para quedarse; los
desteñidos y rotos eran “plaga”.
Por su parte, las remeras cortas hasta el ombligo,
resultaron ideales para lucir piercings y tatuajes. En cuanto a los accesorios,
el uso de carteras y cintos se mantuvo.
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